Nuestros cuencos cantores nepaleses proceden de un pequeño pueblo a las afueras de Katmandú conocido por su artesanía en metal. Los cuencos tibetanos se han fabricado allí a mano durante siglos, aunque sólo en el último siglo se han utilizado con fines curativos. Originalmente, estos cuencos se utilizaban como cuencos de viaje para comida o agua. Son duraderos y fáciles de limpiar y cuidar.

La mezcla de siete metales (bronce, cobre, estaño, zinc, hierro, plata y oro) crea una frecuencia que resuena con nuestras ondas cerebrales alfa, theta y delta, ayudándonos a entrar en estados de meditación profunda. Estas resonancias también vibran con las mismas frecuencias generadas por el campo electromagnético de la Tierra. Esta armonía entre cuerpo, cerebro, Tierra y cuenco se percibe cuando nos relajamos en su vibración sonora sintiendo nuestra profunda conexión con la naturaleza. Al igual que con el sonido de "Ohm", nuestros cuencos tibetanos nos llevan a una armonía vibratoria con todos los seres vivos.

Te recomendamos que escuches varios cuencos tibetanos y elijas una frecuencia que resuene contigo.